Su corteza es muy rica en taninos y aun sigue siendo usada para curtir pieles.
Su madera es muy dura y sólida, siendo usada tradicionalmente para hacer aperos de labranza.
Esta misma madera, por su importante valor calórico, es un muy buen combustible y muy estimada en la fabricación de carbón.
También se utiliza su madera para ahumar embutidos, para fabricar ruedas de carros o escaleras de edificios.
Como uso medicinal, al ser la corteza fuertemente astringente, puede emplearse en el tratamiento de almorranas, diarrea crónica, disentería, etc.
Sus semillas se consumen como alimento, pero debido a su alto contenido en taninos han de ser cocidas varias veces; son bastante astringentes, por lo que se recomienda no comer muchas.
Estas semillas secas y molidas, se emplean para hacer harina y mezclada con otros cereales para fabricar pan.
Tostadas se usan a modo de café.
El uso más común de las bellotas es la alimentación del ganado, especialmente el porcino.
Sus flores son unisexuales (unas masculinas y otras femeninas). Las masculinas aparecen en amentos amarillentos, densos, colgantes. Las flores femeninas son solitarias o aparecen en parejas sobre pedicelos pubescentes.
La encina comienza a dar bellota en cantidad a los 8 ó 10 años… y pueden estar produciendo hasta los 100.
En climas templados dan una cosecha regular y abundante en el tiempo, mientras que en el monte alto adehesado, suelen producir fructificación anual abundante cada 2 ó 3 años.
Los frutos (bellotas) de Quercus ilex resultan esenciales para la fauna salvaje y el engorde de ganado porcino en las dehesas.
La mayor extensión de encinar corresponde al territorio español y ocupa más de 3.400.000 Hectáreas.
Además, estos bosques de Quercus ilex resultan ser el gran hábitat para la fauna mediterránea, lo que los convierte en ideales cotos de caza, casi siempre regulados o protegidos legalmente.
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