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Y llegó la hora de cambiar...

Llegó el día que se explotó la burbuja y nos dimos cuenta que no podíamos crecer más. Y también nos dimos cuenta que no quedaban bosques vírgenes, nos dimos cuenta que no quedaban mares sin contaminar y los océanos estaban vacíos, nos dimos cuenta que no había variedad de especies, ni tampoco había suficientes para mantener el ecosistema que nos mantenía.

Nos dimos cuenta que éramos una pieza de un puzzle, preciosa, sí, pero a la vez terrible; una pieza sagrada que podía crear o destruir, y que hasta ahora no se había dado cuenta que sólo había destruido. Y esa pieza no solo era así de avariciosa, sino que era de tal naturaleza que sólo se preocupó de engordar, y multiplicarse, y no precisamente para habitar el planeta sino para superpoblarlo, agotarlo, destruirlo.

Ese día es hoy.

Nos guste o no, tenemos que abrir los ojos y mirar a nuestro alrededor, y pensar más allá de nuestro bienestar; pensar en la felicidad de las generaciones futuras, pensar en el bienestar de nuestro entorno natural, de los animales que regulan los ciclos de la vida, y pensar que todo fluye, y si interrumpimos el cauce se destruye el orden de la vida.

Éste es el siglo medioambiental. En nuestras manos llevamos la carga de errores pasados, pero también de obligaciones futuras. Éste es el momento de ponerse manos a la obra, antes de que sea irrefrenable.
¿Acaso piensas que la única vida que conocemos, la de la Tierra, no puede destruirse por nuestra conducta?
¿acaso podemos dar la espalda a nuestra tarea?
No podemos dejarlo atrás, no podemos posponerlo como una tarea nimia o de segundo orden, la tarea es demasiado valiosa.

En estos momentos tenemos la cabeza absorbida por una frase ; estamos en crisis.
¿estamos en crisis o es una oportunidad para hacer las cosas bien? Hasta ahora nos hemos centrado en el dinero, y cuando convertimos el mundo en dinero, vendemos los bosques, producimos carne maltratando animales, pescamos hasta el agotamiento, etc. , estamos convirtiéndonos a nosotros mismos en mercancía, ¿o acaso no tenemos precio? ¿no nos vendemos en cuerpo y alma por dinero para gastar?.¿ no merece la pena gestionar mejor lo que tenemos? ¿ no es posible un mundo más sano?

Nuestra forma de pensar afecta al planeta. Y sólo hay un sistema que mantiene la vida, llamado Tierra, que precisamente no puede seguir nuestro ritmo de crecimiento y destrucción.Llegó el momento de cambiar nuestras mentes.
Ya sea a nivel del hogar como a nivel empresarial y de mercado, hay alternativas que nos acercan a cambiar nuestro modelo de crecimiento destructivo y banal por otro de equilibrio, salud y bienestar social.
Los cambios sociales y medioambientales pueden ir de la mano, se puede crear una economía verde, que mantenga la sociedad, que genere puestos de trabajo que protejan y gestionen los recursos medioambientales de manera responsable y eficaz. Un funcionamiento social con los pies en la "Tierra".

La hora de cambiar ha llegado. Desde Ameco nos comprometemos con ello; nos comprometemos con las generaciones del futuro a luchar para que este planeta no sea un objeto de explotación sino nuestro hogar.
Buscaremos y reivindicaremos políticas sociales y actividades para mantener nuestra promesa con todos los habitantes de esta casa. Y haremos lo que esté en nuestra mano para que seas tú también quien pueda decir orgulloso que participaste, que hiciste de este mundo el lugar donde siempre quisimos vivir.

Ameco

Comentarios

  1. quiero compartir un vídeo de RTVE, que muestra cómo en tiempos de crisis hay alternativas que nos llevan vía directa a la felicidad. Se trata de cambiar la mentalidad, de darle la vuelta a la situación, y donde otros ven una pérdida, ver una oportunidad. En el documental se narran historias de cooperación y altruismo. Nosotros queremos extraer ese espíritu de lucha e imprimirlo en nuestras tareas, orientándolo a la temática medioambiental.

    http://www.rtve.es/noticias/20121016/portada-adeus-saudade/569397.shtml

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